lunes, 25 de julio de 2011

Capitulo 4

Era un chiguagua de lo que tanto he odiado siempre (era blanco, y muy pequeño, tenía el ceño fruncido y unos ojos rojos de pocos amigos).
La habitación era preciosa, lo único malo que tenía era que junto a la mía había otra igual. Sí, la de Justin. Me había tocado el chulo de turno al lado y aun encima tenía que soportar que el chiguagua ese pisara mi habitación.
Mi habitación era muy luminosa y la pared que daba a la calle toda con un ventanal, la cama era súper grande y muy cómoda. Y el cabecero era blanco, de metal y formaba un gran corazón. La colcha parecía hecha a mano. Ya que estaba formada por muchos cuadraditos de colores. Estaba llena de cojines, unos más pequeños y otros más grandes; era una cama preciosa. Había un escritorio muy grande que estaba apoyado en el gigante ventanal, tenía un Apple blanco, de pantalla táctil. Había una puerta doble en la que ponía mi nombre, y al abrirla aparecía un enorme vestidor. Era la habitación de mis sueños.
Cogí una de mis maletas y empecé a sacar mi ropa, Justin entró y me dijo:

Justin: ¿No estás enfadada? Te ha tocado al lado al niñato de turno.
Yo: Anda niño, déjame que nadie te ha llamado.
Justin se acercó a mi maleta, cogió uno de mis sujetadores y se lo puso de sombrero mientras yo intentaba quitárselo.
Justin: No sabía que te gustaran los sujetadores de encaje – dijo riendo.
Yo: ¡Tú no sabes nada de mí! – Le contesté chillando - ¡Vete me oyes, vete!
Justin: ¡Ah! Es verdad, tú solo hablas con James, no me acordaba – dijo enfadado – ¿Pues sabes? Yo estoy aquí y el no, seguro que se está tirando a alguna zorra mientras tú suspiras por él.
Yo: ¡Anda cállate! Él jamás haría eso, ¿sabes por qué?  Porque él es perfecto, además tu solo eres un mierda, me oyes ¡un mierda! Que se cree importante por cantar, pero no sabes nada de mis sentimientos, porque ¡tú no tienes sentimientos! – contesté chillando mientras lloraba.
Justin: ¡¿Qué no tengo sentimientos?! Anda niñata, cállate, me va a a explotar la cabeza de oírte -  dijo y después salió de la habitación pegando un portazo.

Seguidamente cogí mi Backberry y busqué entre mis contactos a James, lo seleccioné y marque su número.

Conversación telefónica.
Yo: Hola mi amor.
James: ¡Ah! Hola Romi – dijo con voz de desganado.
De pronto se oyó al fondo una voz de una chica que lo llamaba para que fuera ya.
Yo: James, ¿de quién es esa voz?
James: Es de mi madre que quiere que vaya a poner la mesa – dijo con la voz temblorosa.
Yo: A vale cariño, pues entonces vete ya que no quiero que te castigue y que no puedas venirte a pasar unos días conmigo.
James: Eso nunca cariño. Bueno me voy adiós te quiero – dijo y después colgó.
Cierre conversación telefónica.

No estaba muy segura de si era la voz de su madre, pero viniendo de él me lo creía, lo que no podía creer es lo que me había dicho Justin, ¡será niñato y mañaco!, no lo soportaba, ojalá pronto venga James.
Bajé a la cocina para comerme una madalena con chocolate y como no allí estaba Justin, ni lo miré no se lo merecía, bajó mi tío y dijo:

Scooter: Romi podrías irte con Justin a que te enseñe todo esto y te presente a sus amigos que me ha dicho que hoy han quedado todos – dijo sonriendo.
Yo: No tío, no tengo ganas, me duele la cabeza.
Justin: O simplemente no te apetece ir con un niñato ¿no?
Yo: No te creas que eres el centro del mundo, no todo gira en torno a ti niño.
Scooter: Eh, chicos, ya vale. Romi he dicho que te vayas con Justin, ¿queda claro?
Yo: A sus órdenes mi sargento – dije poniéndome la mano en la frente.
Scooter: Romi no seas pava – dijo riéndose.
Yo: Esta bien tío.
Justin: Pues vamos que se me hace tarde.
Yo: Esta bien, pero no me des órdenes niñato.
Justin: Vale pero vamos, cámbiate y vámonos ya.
Yo: Vale.

Me vestí asi:

Justin: Estas guapísima – dijo sonriendo.
Yo: Gracias.
Salimos por la puerta y Justin me dijo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario